jueves, 12 de enero de 2012

Va de Gerontología: Envejecer en casa. Parte II

Cuando una familia decide tomar la decisión de que va a cuidar de una persona mayor, y además toma la decisión de que la persona mayor se traslade de su casa a casa de sus hijos, sobrinos, nietos, etc, esto puede suponer un cambio radical en la vida del anciano, me explico.

Al principio de su estancia, la persona mayor puede parecer encontrarse triste, melancólica, e incluso algo depresivo, pero hay que tener en cuenta que estos sentimientos no son producidos porque no valoren los cuidados de sus familiares, sus sentimientos son algo mas complejos. Tampoco es difícil de hacerse a la idea de estos sentimientos, imaginemos todos que por un instante lo que puede suponer para ellos abandonar el hogar que en muchas ocasiones fue el que adquirió junto a su cónyuge para una vida en común, en el que crió a sus hijos, y en el cual residen todas sus vivencias. ¿ Es difícil adaptarse a ese cambio verdad?.

Además este cambio residencial puede suponer mas traumático si la persona mayor tiene su capacidad mental intacta, y se siente como un invitado. Dentro de sus posibilidades hay que integrar al anciano en la vida familiar, en las historias de la casa, e incluso sentirse importante asignándole un cometido, por pequeño que sea, y por el cual se sienta importante y activo dentro de la dinámica familiar.

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